viernes, 22 de febrero de 2013

De puestas de sol y Mediterráneo

Con la amenaza de una ola de frío en el horizonte (recemos para que sea la última), vienen ganas de pensar en sol y en playa.

Hoy quiero recordar una de las cosas que más echo de menos de Madrid, y que me cuesta encontrar en Barcelona, es la luz. Mirar el cielo cuando está limpio, ese cielo de los Simpsons, como dice mi gran amiga peruana Luz, es algo que evadía del atasco diario, el metro en hora punta y las manifestaciones diarias. Incluso del precio de la gasolina o el metrobus.

Eso, los días que no se plantaba la boina de contaminación, pero bueno, eso se ve desde cierta distancia. Se lo dejo a mis amigos de Senlogan del Escorial, que son los baywatchers de la capital.

Uno de los placeres de todo madrileño, sea local o visitante, es darse un paseíto por el Madrid de los Austrias y terminar la tarde de entretiempo comiéndose un helado, contemplando la puesta de sol desde el Palacio Real. Te sientas en el césped y el romanticismo aflora, las conversaciones son más interesantes y todo fluye. Hágase lo mismo desde las Vistillas o el Templo de Debod y pasará lo mismo. Para los conaisseurs, la Dehesa de la Villa es un must.


Así nos ve el sol cuando se pone: descalzos y cuidando del bolso, que hay mucho mangui.

Es menester ir a una hora prudencial, porque cualquiera de estos tres lugares ya sabemos que se pone imposible, con guiris cocidos y gente enseñando los PIES, cosa que en Madrid no se debe hacer porque no tiene playa. Pero sin duda, si Madrid tuviera mar, la playa estaría a los pies de este acantilado, justo en los jardines del Campo del Moro, por donde ahora pasa el Manzanares.

Todo mesetario de pro, más si es capitalino, anhela en silencio el mar. Por eso hay tantas piscinas: para remojarse el chochal a lo loco, fingiendo que no echamos de menos las olas y el sabor de la sal. "La pisci me gusta más que la playa", hemos llegado a decir algunos, por disimular.

Claro que sí. Cualquiera puede vivir una experiencia límite yendo a las piscinas municipales, o imitar a Herodes en las comunitarias. Los gitanos de Madrid (esa especie que se reparte entre los hospitales en invierno, las piscinas en verano y los mercadillos el día que toque) son unos verdaderos maestros del agua clorada y el gusto por lo ajeno. Cuidado con esto.
Orgullosos calés recogiendo su diploma de nadar a braza en la piscina de Palomeras Bajas.

Os aconsejo que busquéis "gitanos en la piscina" en Google Imágenes: os juro que sale Cristiano Ronaldo, Lolita y la Pantoja. Google va más allá de mis pensamientos, me deja loca y me maravilla.

Como este blog es de un poco comparación entre las dos ciudades, vamos a Barcelona. Como ya sabéis, Barcelona tiene mar, playa, paseo marítimo y hasta puedes irte en metro hasta la misma arena con tus chanclas y tu pareo. Esto es algo que no se puede discutir: PLAYA GANA A PISCINA. Aquí Barcelona gana, pero no será por goleada, porque su playa emblema, la Barceloneta, solamente mola cuando no se puede uno bañar: en invierno.

En esta foto no salen los lateros, los pakis voyeurs o las chinas con dos dientes ofreciendo masajes.

Si quieres pillar los Rodalies, el coche o la moto, puedes encontrar playas mucho mejores, según me aseguran los lugareños. Ansiosa estoy de que llegue el buen tiempo y descubra por mi misma estos parajes. ¿Será este el año en el que mis piernas y mis brazos estén del mismo color? Ay, diosito mío, ¡OJALÁ!

Pero, ¡ay! No todo podía ser perfecto. Serrat cantaba "a tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos", pero no lo decía por Barcelona, seguramente. Y es que aquí cuesta, por la orografía y la orientación peculiar, encontrar una puesta de sol.

Y qué importa eso, si puedes sentir la brisa marina a 20 minutos en metro, o en golpe de moto. Siempre podremos ir a Madrid a ver la imponente puesta de sol y tomarnos una cerveza en las Vistillas, vestidos de chulapos.

O a Formentera. Qué ganas de volver. Más en un día triste, desmoralizante y desmoralizado. Como este.






5 comentarios:

  1. Ea la luz madrileña es lo que tiene, pero hoy brilla por su ausencia, tenemos lluvia y día gris así que no te preocupes que hoy estarías igual aquí...
    Un abrazo desde la capi y sigue contándonos tus aventuras con la gracia que tienes :-)

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    1. Hoy poco sol voy a ver, es verdad, ni aquí ni allí. Aquí seguiré, defendiendo que es más lo que nos acerca que lo que nos separa, a que sí? Besos mil!!

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    2. Claro que sí guapa, que además Barcelona tiene cosas buenas y algunas no las tenemos aquí, qué te voy a decir yo. Pero como Madriz... jejeje!
      Besotes!!

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  2. ¡Súbete al Tibidabo, Quirós!

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    1. ¡Ni de broma! Con la que hay que liar... mira mira, no me hables! Contentos nos dejó el conductor del bus hasta allí. Tardo menos en ir a Madriz!

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