jueves, 21 de febrero de 2013

Beber de pie en los bares

Bienvenidos a mi blog, el blog de una mujer con pocas ganas de currar esta tarde.

Los que me conocéis sabéis que no veo series, a excepción quizás de Girls, que me tiene enloquecida. ¿Por qué me pasa tal cosa, tan extraña en nuestro mundo actual? ¿Es una pose? ¿Un postureo de esos?

Bien sabe Dios, ahora sin representante en el planeta Tierra, que no se trata de una pose. Tengo casi 34 años y aún no sé hacer funcionar bien Instagram en mi móvil. Con lo cual, mi vida no tiene filtros. Carece de ellos, que diría Arancha de Gandía Shore.

No veo series por dos motivos fundamentales: mi incapacidad de prestar atención a una pantalla de TV más de media hora seguida, y por otro, mi afición a los bares. Ahora que mi vida ha cambiado, que soy dueña de mi tiempo y que vivo en Barcelona con mi hermoso marido, este hobby... perdonad, me he desconcentrado. Mi madre me ha mandado un wasap con una foto de las niñas que cuidaba en la universidad, y que actualmente son MUJERES. Voy a llorar un rato.

Ya he llorado. Hablaba del carajillero hobby de ir al bar. Puedo decir con orgullo que nunca he pisado un gimnasio pagando, y que he cerrado muchos bares. En el fondo, esto es lo que hacemos muchos, pero algunos héroes combinan ambas aficiones. No es mi caso.

Al grano, que me lío. El caso es que como madrilenya (mujer nacida en Madrid, pero establecida y empadronada en Barcelona) me sorprende el civismo con el que se va al bar en mi nueva y querida ciudad. De todo hay, pero...¿qué ocurre en la mente de una persona para que eche de menos tanto el BEBER DE PIE EN LOS BARES? Mirad la postura de la señora de la foto: impecable con su piececito apoyado en la barra inferior.


Es muy importante que en Barcelona se apueste por poner tapas con la cañeja, así como no tener miedo a tirarla correctamente, con espuma, ¡que no falte! Por descontado, esto tendrá lugar en una hermosa y marmólea barra de bar. Cuanto más huela a lejía, mejor, más limpio estará.
Una madrileña de pro se pone una mascarrilla y tira palante. La lejía es buena.
La tapa no deberá ser cobrada. Esto es mandamiento en el sur. Si te cobran por las patatas fritas de bolsa, ¿cómo coño voy a tener ganas de tomarme otra? ¿Cómo voy a charlar con el camarero de pelo churretoso? Me perderé cosas importantes de la vida.

Mira, a una se le quitan las ganas y se va al gimnnasio o al yoga ese a 50º, y empieza a hacer dieta y deja de fumar.

Amigos, que no se pierda una buena conversación con el camarero, al calor de los vapores etílicos, por sentarse cómodamente en una silla vintage rota. La barra es donde está el jaleo, el jari, la vida. ¡¡Y los partidos se ven mejor!!


 
Los partidos en Pepe el Guarro saben a alitas y a sobras, delicious!!

Una recomendación para tortilleros, sobre todo madrileños: el blog tortillaffinity. ¡Imprescindible para gourmets de barra!

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